Ha llegado la hora
Ha llegado la hora de que el ser humano ejerza su voluntad, ha llegado la hora de que el ser humano eleve su corazón y no siga inclinado más ante nada que no sea su propia Luz.
Ahora es el momento de que el ser humano use su poder.
Cada uno de nosotros somos como una gota de agua, pero cuando muchas gotas de agua se unen forman lagos y océanos.
Es el momento de que cada uno de nosotros nos movamos y anclemos en la frecuencia vibratoria de la Tierra , del Sol y del Universo: la frecuencia del Amor, y que lo hagamos como gotas de agua que se unen al unísono para formar un inmenso océano de energía que nos ayude a todos, a nuestra civilización, a toda la humanidad, y al planeta Tierra a pasar por los cambios sutiles y manifiestos por los que estamos pasando y ante los posibles cambios que pueden venir.
Reconozcamos nuestro verdadero linaje, el de la divinidad en cada uno de nosotros, unámonos manteniendo nuestra vibración en la frecuencia del Amor, y devolvamos a la Tierra y al Sol una ínfima parte del Amor que nos han brindado a los seres humanos durante eones.
Seamos ahora, convirtámonos en el mismo Amor que este planeta y el Sol que nos dan la vida cada día nos han dado a nosotros durante ciclos y civilizaciones enteras, dándonos siempre a la raza humana una nueva oportunidad, permitiéndonos tropezar y caer para volvernos a levantar, permitiéndonos equivocarnos, para finalmente comprender que la verdadera batalla que el ser humano ha de librar ocurre en su interior y que la verdadera victoria es la de finalmente proclamarnos y elevarnos como hijos del universo, como hijos del Amor, y por tanto como el Amor mismo.
Este es nuestro origen, nuestra fuente, lo que siempre nos mantuvo vivos, lo que siempre verdaderamente hemos buscado y nuestro verdadero destino.
Esta es una llamada a todos los seres humanos que comprenden este mensaje porque ya están en la frecuencia, y a todos aquellos otros que aún no estando en la frecuencia, están buscando la oportunidad de estarlo.
Ahora es el momento. Ha llegado la hora.
Silenciemos los egos y que hable el Amor que está en cada uno de nuestros corazones, y que nuestros corazones al unísono canten la misma canción:
YO SOY AMOR, AMOR, AMOR…
Y que esta canción se expanda como el eco, como las ondas del agua en un lago, impregnando de su vibración todo lo que encuentre a su paso, correspondiendo con gratitud a la madre Tierra a la Madre Naturaleza
Ha llegado la hora. Ahora es el momento.
Unidos por el poder de la vibración, todos juntos, al mismo tiempo, en sintonía con nuestra esencia, todos los corazones, la misma voz:
YO SOY AMOR
Extendamos esta llamada, como las ondas en el agua, con el poder de nuestro Amor.
Julia Jiménez
